miércoles, 30 de octubre de 2013

Septiembre, hace cuatro años

Nuestro primer día de instituto, ¿qué podemos decir sobre él?...

Para muchos fue emocionante, es decir, es un gran cambio, aunque parezca una tontería, nos sentíamos un poco mayores, un poco más independientes.
Otros, estaban asustados, casi ni se decidían a dar el primer paso, esos tuvieron que hacer acopio de todo su valor y de la dichosa sirena que les urgía a entrar.
Otros tantos, nos perdimos y no es que sea muy grande, aunque para nuestros infantiles ojos, el instituto era un mundo nuevo y emocionante.

El primer recreo que vivimos en el instituto, ni siquiera sabíamos dónde sentarnos, cada uno parecía tener su sitio y nosotros, inocentes, teníamos hasta miedo de mantener el contacto visual con los de cuarto, porque, bueno, eran los mayores.
¿Quién iba a decirnos que ahora somos nosotros los que asustamos? ¿Es nuestra mirada aterradora para los de primero? Puede que ahora lo veamos con otros ojos pero nos resulta realmente gracioso ese miedo irracional a la mirada de nuestros profesores y compañeros.

Yo personalmente intenté mimetizarme con la pared, aunque me rendí tras varios intentos fallidos de pasar inadvertida.
Mi amiga Natalia, no se atrevía a entrar al servicio, y eso que el espejo es un atractivo realmente potente para las chicas.

En definitiva, nuestro primer día, significó un gran paso para nosotros, un gran cambio y muchas nuevas experiencias que seguro recordaremos con una sonrisa dibujada en nuestros labios.



Por: Natalia Encinas y Belén March

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